domingo, febrero 01, 2009

Encuentro - desencuentro

De nuevo un jueves... parece coincidencia... sólo una más de las tantas que me han sorprendido en esta historia.

Esta vez sólo quería pasar un buen momento con mis amigas. Perderme entre las luces, y el ritmo de la música, algo que desde siempre me ha relajado y estimulado a la vez, y que ciertamente me encanta. Bailar, la noche, las luces, cerrar los ojos y dejarme llevar.

Por eso la fiesta de la que supe por mail me pareció una gran opción, y mis amigas estuvieron de acuerdo. Así que un poco más tarde de la hora que habíamos fijado, llegué al lugar del evento, en el que nunca antes había estado.

Bajé las escaleras y me perdí entre las luces buscando a mis partners. Y entonces pasó. De repente giré sobre mi misma para mirar a mi alrededor y me encontré con tus ojos. No hubo opción, ahí estabas, vivo, igual que antes, y mirándome.

En menos de un segundo me quedé helada, temblé y la corriente eléctrica que me recorrió se estacionó en mi estómago. En menos de un segundo mi cuerpo decidió por mí que tenía que girar mi cabeza, hacer como que nuestras miradas nunca se cruzaron, y seguir en mi búsqueda...

Al parecer hiciste lo mismo, porque antes de bajar a la pista miré de reojo, y ya no estabas apoyado en la reja del bar... ¿Te sorprendió tanto como a mí? ¿Te molestó verme? ¿Te asustó verme tanto como a mí verte a ti?

Encontré a mis amigas muy rápido, pero mientras eso ocurría, sólo trataba de convencerme que te había soñado, que no estabas ahí, que eras producto de mi imaginación que a veces crea imágenes demasiado reales.

Pero no. Después de un rato, cuando la reacción nuclear en cadena había amainado en mi cuerpo, y me dejaba llevar por la música, apareciste otra vez. Eras real y ¡estabas tan cerca! Pero de nuevo me paralicé...

Igual no fue tan malo. Me gustó verte bien, me gustó como te veías con esa camisa a rallas y tus zapatillas nuevas, esas que alguna vez me comentaste querías comprar. De hecho cuando reparé en ellas, se me escapó una sonrisa y casi me dieron ganas de ir a decirte que tus zapatillas me gustaban. Pero no estabas bailando conmigo, no fui capaz de mirarte a los ojos, ni acercarme para decirte hola. Sólo estabas ahí, y de alguna forma eso me alegró, me inquietó, me asustó...

Fue tan extraño... un encuentro inesperado, aunque en el fondo esperado. Un desencuentro loco, porque aunque estuvimos a pocos metros de distancia, no fuimos capaces siquiera de hacer un gesto de saludo. Creo que una niña de 15 habría sido más asertiva que yo... y por muchos momentos sentí que en vez de 31, tenía 13!

Tu imagen me llenó el espacio. Porque confieso que no pude evitar seguirte con la mirada tooodo el rato, y buscarte como radar cuando te perdías. ¿Para qué? No tengo idea! Quizás con la secreta esperanza de que de pronto te dieran ganas de bailar conmigo, o de ver que me mirabas, o de sentir que te alegraba verme...

Pero a la vez me invadía el miedo. Te miraba y me preguntaba si serías el mismo. De pronto creo que por eso no me acerqué... por el pánico que me produce pensar que vas a estar distinto, o tal vez por el terror que me da pensar que estás igual, y que al hablar contigo y ver tu sonrisa, voy a temblar como una niña, y caer rendida ante alguien que no siente lo mismo... quién sabe!

En fin. Supongo que encuentros-desencuentros como este habrá muchos más y que esta no fue más que una señal de que va a llegar el momento en que probablemente ya no significará nada, y que decir "hola" será fácil y rápido. Un trámite!

Pero esta vez no lo pude pasar por alto, y por eso lo registro... así algún día recordaré que una vez más el destino me hizo una de las suyas con tu imagen de por medio!

Un abrazo, y me hubiera encantado bailar contigo. Es algo que recuerdo con mucha alegría!

Bonus track: Mi canción de inicio de año. Es preciosa!