sábado, mayo 05, 2007

No siempre los días son como queremos…

… lamentablemente es así. Aún me queda un poco de rabia guardado porque ayer fue uno de esos días en que las cosas no salieron como quería, sino como NO quería.

La historia es la siguiente: desde hace semanas había planeado ir al lanzamiento en Chile del libro “La medición del mundo”, del joven escritor alemán Daniel Kehlmann. Según tenía agendado, dicho evento, iba a efectuarse el jueves 3 de mayo a las 19:30 y en él estaría el renombrado autor.

Así que ese jueves, me propuse escribir lo más rápido posible mis notas para rajar con rumbo al Café Literario de Providencia, sede de la actividad. Incluso pasé a buscar mi auto a mediodía para llegar más rápido después de la pega. Pero en mitad de la tarde, se me ocurrió la GRAN idea de llamar al citado recinto para preguntar si tenían estacionamiento. De paso e inocentemente, pregunté si estaba confirmada la presentación.

Y ahí se produjo el problema. La amable señorita (o señora) que me respondió el teléfono, me dijo sin titubear:”Noooo, eso es mañana (viernes) a las 19:00 horas”. “¿Está segura?”, repliqué. “Sí”, me dijo. Así que ante el cambio de planes, bajé el ritmo de mi trabajo, y me fui a casa después de las 20:00, como ya es rutina.

Preparada para el evento nuevamente, ayer viernes escribí lo más rápido que pude mis notas, para no llegar tan atrasada. Incluso pedí un radiotaxi para llegar más luego. A las19:45 entré rauda al café preguntando en qué salón era el famoso cuento. Y honestamente, no reprimí la expresión de rabia-odio-frustración de mi cara cuando el tipo que estaba en la puerta me dice: “pero si eso fue ayeeeer”.

SNIF, SNIF, SNIF. Simplemente no lo podía creer. Y era tanta mi rabia que decidí caminar la veintena de cuadras que me separaban de mi casa. Pero llegué y la rabia aún seguía, así que invité a mi hermano menor al cine, a ver Spiderman 3. A regañadientes aceptó, y fuimos.

Nos sentamos, a elección mía, en una fila evidentemente poco concurrida, para evitar que mí alrededor se ubicara algún energúmeno de esos que no pueden parar de mover sus manos y mandíbulas con un balde de cabritas (pop corn pa’ los gringos) enfrente.

Todo iba bien salvo por el frío. Después de varias sinopsis (que me agradan mucho) empezó la nueva aventura del arácnido (y perno) superhéroe. Y habían pasado como 5 minutos cuando una linterna de acomodador se posó justo en mi fila. MAL. MAL. MAL. Era un papá con tres pendex, y cada uno llevaba en sus manos un balde de cabritas. NOOOOOOOOOOOOO!!!! Además de los pisotones que me dieron al pasar en la oscuridad (tres en total), el cabro chico que estaba al lado mío no paró de hacer ruido durante casi todo el film.

Después de un rato me autoconvencí —pese a las risas de burla de mi hermano— que tenía que practicar más que nunca la tolerancia, y decidí no cambiarme de puesto para no parecer una vieja mañosa, lo que claramente NO SOY.

Finalmente pude terminar de ver la película, --bien entretenida por lo demás--, olvidándome de que al lado tenía un energúmeno del popcorn. Pero al final de la jornada, cuando volví a mi home, la sensación seguía siendo: hoy no fue mi día!

4 Comments:

At 1:32 p. m., Blogger SCL-BCN-PAR-SCL said...

Jajaja... Me sigo riendo de tu historia... efectivamente es como de esos días que uno dice, es mejor haberme quedado en la cama.... jajaja.
Pero tranqui lolín ya pasó...

Besos y suerte en la semana que viene!!

 
At 12:39 p. m., Blogger Piter said...

En dos palabras A TROZ!!!

 
At 4:16 p. m., Blogger Tami-U said...

Oh no! Poor you! I can imagine how disappointed you were! Perhaps you would like to have a look at this address: http://www.dw-world.de/dw/article/0,2144,2111889,00.html
If you scroll down to the bottom of the page, you have a little piece of Daniel Kehlmann reading from "Die Vermessung der Welt" - this might be a small (a very small...) comfort for you?! All the best over to Chile from Daniel Kehlmann's home country ;)

 
At 11:36 a. m., Blogger boris said...

uff que día lo del lanzamiento es para no creerle a nadie, solo a tu instinto, pero lo del cine yo me cambio de asiento, un abrazo

 

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