sábado, abril 28, 2007

Para "don biónico"

El viernes recién pasado, a eso de las 13:30, me llamó la atención la fuerza con que cantaba una canción romántica. De hecho se lo comenté a mi "amigui" Óscar, "si lo escucha algún supremo lo van a retar", le dije.

Quizás de alguna forma esa energía con la que cantaba a media tarde, cuando faltaban tan sólo algunas horas para el esperado fin de semana, era una de esas señales mágicas que tiene la vida, esa que hoy me hace recordarlo alegre y con una especial energía de vida.

De Manuel Pacheco nunca supe mucho. Era oficial de la Corte Suprema, un funcionario más de las decenas que a diario veo transitar por los tribunales. No recuerdo cuándo ni porqué empecé a saludarlo, ni tampoco cómo empezamos a hablar de la vida , así, sin más, casi todos los días.

Nunca supe mucho de su historia, dónde vivía, qué hizo en su pasado, ni qué planeaba para el resto de sus años. Tampoco sé cuántos años tenía. Sólo sé que un día se me sentó al lado en uno de mis tantos plantones en busca de la noticia, y de ahí en adelante pasó a ser un saludo habitual y cariñoso dentro de mi rutinaria vida en la Corte, sobre todo porque por su relajada forma de ser, siempre lograba hacerme reir, y eso, en medio de la frialdad con que habitualmente nos movemos, por Dios que se agradece!

Era bien especial, y no lo digo sólo porque ya no está. Siempre me agradó que se atreviera a doblegar de algún modo la tediosa formalidad de los tribunales, y que le importara bien poco lo que dijeran de él. Vivía su vida y punto, y estoy segura que muchos de los que a veces criticaban sus osadías, ahora las van a extrañar.

Porque a partir del próximo lunes, cuando vayamos a la Corte otra vez, ya no va a estar en el tercer piso, -ahí donde está la Segunda sala de la suprema-, aplaudiendo "a todo chancho" como solía hacer, para saludar a sus conocidos que caminaban en el primer piso. A mí solía tirarme besos a la usansa de los artistas, o aparecía de sorpresa en alguno de los pasillos del palacio para regalarme una "pastilla para endulzar la vida", como siempre me decía.

Ahora que escribo, me río a carcajadas acordándome de uno de sus últimas "perfomances", cuando sólo para hacernos reir, nos aplaudió desde el tercer piso y se "colgó" en el atril de la segunda sala, ahí donde se cuelgan los números que anuncian las causas que están siendo vistas...

Anoche su vida se apagó de golpe y trágicamente. Según me contó hace un rato el O.P, el diario de ayer (no me di cuenta) dice que murió luego de un incendio en la casa en la que vivía con su mamá, tragedia que se habría producido por un cigarro mal apagado que, no sé cómo, provocó el estallido de un balón de gas. Me quedé plop, y todavía lo estoy. Tanto que tuve que escribir.
Primero, es increíble lo rápido que se puede acabar la vida. Así, sin más, alguien que es parte de tu escenario diario, ya no está más...

Segundo, insisto, no era un amigo entrañable, ni tampoco un cercano. No lo conocí más allá de la Corte, pero sí era una de esas personas especiales que hacen de nuestro diario vivir sea más agradable. Pese a todo eso, tengo la certeza de que el miércoles, cuando llegue a tribunales, va a ser raro no verlo.

Este post va con mucho cariño para usted, don "biónico" (como le empecé a decir después de que le pusieron fierro en uno de sus brazos quebrados). Donde quiera que esté... GRACIAS por todas las risas que me regaló!

sábado, abril 21, 2007

¿Treinta yo?

Treinta, 30, 30, treinta, treinta... AUXILIO!!! este número no quiere dejar de aparecer en mi vida!!!

Pese a que faltan exactamente dos meses para que mi folio cambie a 30, no he podido dejar de pensar en ello. Y no es que me intranquilice, o que esté sufriendo una especie de síndrome previo al cumpleaños. Es sólo que el cambio de década que me apronto a vivir me ha traido a la cabeza un montón de reflexiones que no puedo detener...

Una de ellas vino en forma de recuerdos. Hace exactamente 15 años, cuando me acercaba a cumplir 15, gran parte de mis preocupaciones se centraban en la fiesta con que quería celebrar, y en todos los eventos del mismo tipo que se venían por delante.

Hoy la situación es bastante distinta. Ya no me preocupa hacer una gran fiesta hasta el amanecer, llena de amigos y gente entretenida, con un príncipe azul, mi música favorita y muchos globos por todos lados.

En los últimos días, he pensado más bien en todas las cosas que me había propuesto hacer antes de los 30, y que no he hecho. Y me da risa. Por ejemplo, cuando peque siempre decía que me iba a casar a los 25 y que mi primer hijo nacería cuando yo tuviera 27. JA! No tengo por dónde casarme y la verdad, por suerte no es algo que me preocupe, porque honestamente, y pese a las advertencias que llegan por todos lados, no me siento preparada para ello, ni menos para hacerme responsable de una familia... si apenas me la puedo conmigo!!!

Y de ahí viene la siguiente reflexión: no me siento de 30! De hecho me molesta mucho que los pendex me digan "tía" o "usted" o incluso "señora", si de mentalidad creo estar mucho más cercana a ellos que al mundo adulto en el que (a veces con pesar) estoy inserta.

Pero por otro lado, también pienso en toooodas las metas que alguna vez me propuse y que he logrado durante estos 30. He viajado más de lo que pensé, y he conocido lugares que cuando niña sólo imaginé en sueños, como Roma, París, Berlín, Buenos Aires e incluso Miami.

Terminé cada una de las metas que esperaban de mí: tengo una carrera y tengo un trabajo en el que muchos quisieran estar. A eso se suma que vivo en Santiago, como siempre quise (soy de provincia), que hablo más de un idioma (español, y tres cuartos de tonteras), y que he conocido a un montón de personas que han hecho que el primer tercio de mi vida haya valido demasiado la pena.

Y ¿ahora qué?. En mis días positivos, creo que el segundo tercio de vida que se acerca a pasos raudos podría ser considerablemente mejor que el primero, si tengo en cuenta que ya no tengo que cumplir con lo que los otros esperan de mí, sino con lo que yo quiero hacer conmigo. O sea, soy libre de decidir... Pero eso es un gran problema, sobre todo para un especimen como yo, cuyo lema de vida es ¿qué quiero? ¿para dónde voy? y ¿cuál es el sentido de mi presencia en este mundo?. Hasta hoy no he podido encontrar las respuestas, y honestamente espero tenerlas cuando haya completado mi segundo tercio.

Por ahora sólo se me ocurre como nueva meta ir a otros lugares que siempre he querido, y en los que aún no he estado: Nueva York, Egipto, Jordania, Sudáfrica, el sur argentino para ver ballenas y obviamente las Torres del Paine. Y estudiar algo entretenido, que me haga sentir plena y sin la presión de "tener que cumplir", sino sólo por el placer de aprender.

Pensándolo bien, en lo profundo, quisiera aprender a vivir y a disfrutar de ello, aproblemarme menos, dedicar más tiempo a reir (sin que me duela la cara hacerlo), dejar los quejidos en algún basurero, y por supuesto, dejarle un espacio al amor y todo lo que él traiga consigo. Quisiera que el trabajo fuera un desafío diario y no un agobio como lo siento hoy día, y tener más tiempo para bailar, sacar fotos, ir al cine, juntarme con mis amigos, caminar con mis viejos, comer con mis hermanos, tomarme un café en algún lugar entrete, y echarme en la cama a ver mis series favoritas.

¿Será posible? Lo veremos después de que en dos meses más, cuando luego de pedir tres deseos, apague 30 velas de un soplo y me disponga a celebrar el cambio de década...(ojalá con hartas sorpresas, mi música favorita, muchos amigos y un príncipe aunque no sea azul... aunque si no es así, da igual).

Dedico este post a todas mis amigas y amigos que durante este año han cumplido o cumplirán 30. En forma especial, mil felicidades para aquel que hoy, 21 de abril, está cambiando el folio en otro idioma y al otro lado del mundo. Felices 30, N.U. y que tu fiesta en la "casa Schwick" sea INOLVIDABLE!

miércoles, abril 04, 2007

La vida te da sorpresas...

... y han sido varias las que me han golpeado (en jerga peridiótica) en las últimas semanas. No puedo negar que me gustan las sorpresas, sobre todo cuando me pillan absoluta y totalmente desprevenida (si no no lo serían, ¿verdad?), pero tampoco puedo obviar que algunas son desconcertantes...

Una de las más fuertes del último tiempo llegó un miércoles por la noche, hace como dos semanas. Figuraba yo haciendo hora para ir a mi querido hogar, cuando me enteré que me quedaba sin jefe, porque el que hasta esa hora lo era se cambiaba a otra sección. Me quedé PLOP, pero después de la pena-alegría-inquietud, disfruté viendo cómo el resto ponía cara de sorpresa al enterarse de la noticia.
Una segunda sorpresa, también desconcertante, llegó al día siguiente en forma de abrazos cálidos, sonrisas mareadas, palabras entretenidas y seductoras, y ... upst, juré amnesia. Pero fue GRAN sorpresa.

Y todo este preámbulo medio enredado (para variar), es para contar las sorpresa más sorpresa de tooodas. Hace algunos días, de aburrida seguro, mandé una foto a un concurso del diario sobre "las vacaciones". ¿Cuál fue la sorpresa?


Que con "MERECIDO DESCANSO" (arriba) gané el PRIMER lugar, y con ello un DVD-karaoke!!!


La foto no es la gran maravilla, pero según el jurado, (integrado por expertos y que eligió entre más de 80 fotos) era la que mejor representaba el espíritu de las vacaciones...
...simplemente una agradable sorpresa para una aficionada adicta a sacar fotos como yo...