domingo, marzo 23, 2008

Coincidencia

Justo cuando constaté lo que hace tanto he sabido internamente, --"él tiene novia"--, comenzó en mi oído izquierdo a sonar el tema principal de la película Cinema Paradiso (estoy con audífonos y hay un especial de Ennio Morricone en la radio).

UFFF. Gran y sensible coincidencia. Pero no lloré. Ni me dio pena. Sólo un leve shock eléctrico en el estómago, y un suave y casi imperceptible dolor en el corazón.

Porque nada hay que hacer. Era obvio, ¿no?.

A veces creo que es verdad que el tiempo cura todo! Y parece que estoy casi para el alta!

Feliz Pascua a todos!

viernes, marzo 21, 2008

No lo pude evitar…

Fue mágico. Una luna casi llena en el cielo iluminaba el escenario y resaltaba el brillo de las lámparas de lágrimas y de los vestidos de gala que muchas de las asistentes lucían.

Cuando faltaban pocos minutos para las 21:00 horas del 19 de marzo pasado (día de cumpleaños de mi hermano Mario) el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile entró en escena. Luego lo hizo la Orquesta Sinfónica de Roma. Poco después, los aplausos me anunciaron la entrada en escena del admirado compositor Ennio Morricone.

La música no se dejó esperar y llegó a capella, con el Ave María Guaraní de la película “La misión”. Alucinante. Fue el primer schock eléctrico que me recorrió. Y aunque estaba sentada en una tribuna lejos del escenario, y no muy cómoda, la música me atrapó.

Y no lo pude evitar. Las lágrimas brotaron con suavidad de mis ojos cuando el maestro comenzó a dirigir los primeros acordes de los temas de la película “Cinema Paradiso” (ver video) una de mis favoritas en la vida. Afortunadamente el llanto no fue el mismo que me surge sin control cada vez que escucho en mi casa esa banda sonora, una de mis preferidas. Porque no puedo evitar llorar. Mucho. Y no tengo explicación para ello. Sólo que la música actúa en mí de una manera mágica, misteriosa, y la verdad es que me encanta.

Por eso disfruté a concho el concierto de Morricone en Chile. Y me siento afortunada de haber podido presenciar un evento de esa magnitud, pese a la extensa caminata – trote que debí experimentar para llegar al evento a tiempo.

Era tal el taco para acceder al Parque Bicentenario, que tuve que irme a pie desde el diario (Santa María) hasta el parque, e incluso tuve que emprender el trote por varias cuadras. No es fácil con taco y menos cuando el objetivo es un evento formal. En fin. Un poco acalorada y sin aliento, llegué a la hora.

Deberían haber muchos más conciertos con maestros como Morricone y todos debieran ser gratis! Y deberían ser mucho más que 25 mil personas las que puedan experimentar la magia electrizante de la música, como la de esa noche.

Gracias Mauro por regalarme una entrada… no lo olvidaré. Y gracias Berni por compartir un maravilloso concierto!


Vean acá un muy buen comentario del concierto!

miércoles, marzo 12, 2008

Lean esto....

Por fis, si tienen tiempo hagan click en este link y lean lo que sigue!

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2008/03/06/a-ti.asp#comments

HEAVY!

¿Paréntesis?

Empecé mi primer día de vacaciones (el 13 de febrero ) con un almuerzo casi ideal: dos de mis mejores amigos (lolín y mauro) en el Dominó. Y me sentía rara usando jeans a las 14:00 y estando en mi casa toda la tarde sin el agotador teléfono del diario sonando a cada rato. Pero bien. Quedaban 28 días para olvidarme de diarios, rutinas, dolores de espalda, de cabeza, gritos, frustraciones, miedos, cansancio, quejas y más quejas…

Hoy es el día 29 de mis vacaciones. Mañana vuelvo a trabajar, y esa es la razón por la que no me había animado a escribir antes este blog. No por el blog mismo (porque lo quiero mucho), sino por escribir… a veces me cansa, y durante este ¿paréntesis? sólo usé lápiz para escribir mi nombre en algunos papeles, mi firma o mi correo electrónico, y mi pequeña agenda, mi fiel compañera de año.

¿Pero lo que ocurrió en mis vacaciones fue sólo un paréntesis veraniego? Quiero pensar y creer profundamente que NO. Quiero confiar en que todo lo bueno que he vivido en los últimos 29 días no ha sido en vano, y se extenderá.

Porque ha sido un muy buen período. Porque comí comida casera rica y fui una regalona en la casa de mis papás. Porque conocí un Brasil cálido y acogedor, con gente linda y amable, con fiestas entretenidas, con muuuucho baile, con muuucha playa, con un calor maravilloso, con caipiriña, con energía, con mariposas en el estómago e ilusiones casi adolescentes … RICO! Brasil me hizo sentir viva, me recordó lo fácil que es conocer gente agradable, y lo muucho que me gustan las buenas fiestas!

De vuelta en Chile: CAMBIOS! Sí, muchos cambios. Cambié muchos muebles de mi casa y el resultado me agradó. ¿Trabajo? UFF, sí, martilleo, atornillar, hacer fuerzas, pero el resultado es más que satisfactorio. Y luego, he disfrutado de esos cambios. Dormir hasta tarde ha sido un lujo. Sentarme a escuchar música en mi living readecuado, una alegría. Caminar por Santiago otra. Almorzar con amigos, ir al cine (Juno es MUY linda), y leer en mi cama o en mi balcón… simplemente genial.

La pregunta es ¿por qué no hay de eso cuando trabajo? Y la respuesta la sé más o menos. Sé que depende de mí. Sé que los cambios deben ser más profundos que correr los muebles. Y por eso pretendo que mi retorno sea distinto. Quiero tener VIDA también cuando trabajo. Quiero poder llegar a mi casa sin malas vibras, y sentarme en mi balcón a leer, o ir al cine, o a tomar algo o a bailar, y tener ganas de hacerlo y no sólo de ir acostarme sin saber más del mundo, como suele ocurrir.

Quiero energía, quiero pololear con la vida, y no arrancarme de ella como lo hice hasta antes de salir de vacaciones. Quiero dejar de acostumbrarme a la rutina, y reaccionar enérgicamente si me sumerjo de nuevo en ella (aunque ello signifique un GRAN cambio).

Por eso agradezco infinitamente este período. Por hacerme recordar que se puede vivir. Que puedo ir a danza árabe, leer un libro tan largo como el último Harry Potter tranquila y concentrada (me encantó), que tal vez pueda estudiar un idioma o hacer un diplomado, que voy a recibir menos gritos y mi espalda me va a doler menos, y que internamente voy a recordar que lo más importante es vivir, y no escribir una línea más o una menos…

Por ahora, trato de aplacar la angustia que me provoca volver a la pega recordando la grata caminata del sábado por el cerro con mi amiga Ji, el almuerzo del domingo y el viaje a Rancagua con mi hermanito, los despertar tarde sin remordimientos, las largas jornadas de lectura, el almuerzo con la lolín, el almuerzo en el Dominó de ayer con las risas incluidas, y la buena noticia que me llegó ayer en forma de SMS: tengo entrada para MORRICONE gracias a mi amigo Mauro y sus inversiones!

Imploro a la vida para que estos 29 días NO sean sólo un paréntesis veraniego, y sus energías positivas se queden como parte del resto de mis días!!!