Esperanza...
Anoche después del trabajo, llegué a mi casa con ganas de olvidarme del día, de las noticias, del diario, y como casi siempre hago, acudí a la tv, mi fiel compañera. Pero lo que vi me remeció e intranquilizó tanto que de repente tenía los ojos llenos de lágrimas y un nudo en la garganta.
Qué ATROZ que un país pueda, a estas alturas de la ¿civilización?, decidir abiertamente y sin barreras matar seres vivos que están en peligro de desaparecer, casi por placer. Por que no me compro lo de los fines científicos.
Yo AMO LAS BALLENAS. Y después de ver el reportaje en la TV me volvieron al cuerpo todas las energías de adolescente que por un largo tiempo me motivaron a ser una activa ecologista e incluso pararme en una céntrica esquina de mi ciudad para recolectar firmas en defensa de estos hermosos animales, apoyando una campaña de Greenpeace. Después, cuando fui creciendo, me di cuenta que quizás no estaba tan de acuerdo con dicha agrupación, pero anoche, al ver la valentía con la que defienden --aunque sea simbólicamente-- a los pobres mamíferos, me emocionó, y recordé lo bacán que se siente luchar por ideales.
Por eso, a través de este espacio, reconozco que el barco "Esperanza" me llenó de ganas de repudiar públicamente lo que hace Japón. Pero también me llenó de esperanzas. Porque aún creo que si muuuuchas personas se unen por una causa, se pueden lograr cosas. Yo no sé mucho cómo hacer ahora para defender a las ballenas. Pero apenas lo descubra, trataré de ponerme en acción.
Porque muero de ganas por verlas y está en mis planes a corto plazo ir a un santuario ballenero en el sur del mundo. Y porque adoraría que mis hijos --si es que los tengo-- o los niños del futuro puedan disfrutar de ellas, vibrar con su magestuosidad y sentir, tal como yo, que son seres con una sabiduría admirable.
¿Alguien me ayuda con ideas?
¿Casi? adicta al Facebook
Aquí estoy, nuevamente sucumbiendo a una ¿moda?. No me dí cuenta y ya estaba hasta el cuello metida.
Desde hace casi un mes, Facebook (ver qué es) me atrapó en su telaraña. Fue una compañera de trabajo la que me dio el datillo. Se sienta casi frente a mí, y a diario la veía muy concentrada y entretenida en algo. Entonces le pregunté, y estaba en uno de los taaantos juegos del programa.
Y yo ya perdí la cuenta de todos los test, encuestas, causas, y trivias que he completado. Y de los juegos que he probado, y de la música que he escuhado... es un verdadero bombardeo de información!
Pero lo más entrete, es que puedo saber un poco de la vida de amigos y conocidos, y también de personas que quizás de otro modo no contactaría. De hecho ya tengo dos nuevos cyberamigos con los que hablo a menudo por este mundo virtual. Y son re buena onda!
¿Lo malo? Me cuesta concentrarme en la pega con tanto incentivo visual, informativo, y amistoso en frente. De verdad es una tentación tremenda. Pero unos de mis jefes también se unió al grupo, y hasta creamos una red de compañeros de trabajo, así que si nos retan, va a ser un reto numeroso!
Y ustedes, ya se unieron? Apuesto que una vez que lo hagan, se van a quedar pegados!
Es fácil. Entren a http://www.facebook.com y abran un perfil con cualquiera de sus cuentas de correo. Luego, busquen amigos y esperen a ver qué pasa!
Café...
Puedo ver claramente... que sale el sol...
Puedo ver que las cosas... son mejor....
Atrás ha quedado esa... nube gris...
Y aparece el sol...(sol)... y un día mejor...
¿Recuerdan esa canción? Solía sonar en la tele, y el comercial mostraba a una chica ¿treinteañera? que tomaba café frente al mar en un día gris y frío. Estaba sola, y parecía escapando de algo...pero la rodeaba una sensación de calidez... al menos eso sentía yo al verla...
Pues hoy recordé vívidamente esa publicidad. Hoy fue un día gris en muchos sentidos, pero sobretodo en que, salvo por un par de horas en la tarde, el sol no se asomó en La Serena (donde paso mis breves vacaciones) e hizo mucho frío. Tanto que ni caminando por la playa como el sábado se me pasaron los tiritones en todo el cuerpo.
Así que tomé mi auto, y me fui a pasear a Coquimbo. Pero la nube negra me seguía. Cuando quise ir a conocer la súper mezquita, le di un topón al auto con un poste, y quebré un foco trasero. MAL! Así que me devolví y después de leer un rato con el viento congelándome, decidí ir al centro de La Serena.
Y pese al frío, la calidez de la gente me contagió. La Serena celebraba el día de la cultura y sentada en la calle vi diversos grupos musicales y demostraciones artísticas, niños jugando, vendedores exhibiendo sus juguetes y dulces. Y hasta un acto religioso, en honor a la virgen de Andacollo (me persiguen estos actos, pero me gusta fotografiarlos y me conmueve la entrega de los devotos).
Pero luego me dio frío de nuevo. Así que casi a las 20:00 horas tomé mi auto puse música, y manejé por la avenida del mar cantando a toda boca, como suelo hacer cuando manejo sola.
Estaba en eso cuando vi el letrero de café. Y pese al viento y al frío y a lo gris del atardecer, me bajé, compré mi mocacino y me senté frente al mar. Mil sensaciones se vinieron a mi cabeza y espíritu. Recordé las cientos de veces que cuando niña ví la publicidad del café y dije 'algún día seré yo quien esté ahí'. Y de alguna forma sentí que ocurrió. La calidez del café me hizo disfrutar el frío momento.
Pero no logró llenar la sensación de soledad que me invade a veces, más cuando quiero disfrutar momentos tan agradables como un atardecer gris frente al mar...
Espero que el sol brille pronto otra vez, y que de paso me llene de la calidez que a veces necesito a gritos...
¿Tienen alguna historia de café que quieran compartir?
Anoche después del trabajo, llegué a mi casa con ganas de olvidarme del día, de las noticias, del diario, y como casi siempre hago, acudí a la tv, mi fiel compañera. Pero lo que vi me remeció e intranquilizó tanto que de repente tenía los ojos llenos de lágrimas y un nudo en la garganta.
