sábado, agosto 25, 2007

Tiempo en una botella...

El fin de semana pasado fue re especial. Además de que pude flojear como hace mucho no hacía, también hizo calor (o sea 20°c) y pude disfrutar de un picnic top con una gran amiga en el Parque de las Esculturas, que resultó ser bien entrete.

Y después de disfrutar la calidez del sol, decidí caminar hacia mi casa. Iba tranquila escuchando música hasta que de pronto comenzó a sonar en la radio la canción "Time in a bottle" de Jim Croce.

"If I could save time in a bottle
The first thing that I'd like to do
Is to save every day
Till Eternity passes away
Just to spend them with you..." Ver letra completa

La había escuchado un montón de veces, pero ese día me resonó, y desde entonces no he parado de pensar en qué momentos de mi vida guardaría en una botella, para poder disfrutrar de ellos cada vez que quisiera...

Y lo extraño es que no ha sido fácil la selección. Pero tengo algunos... una mañana de verano en La Serena, una noche de estrellas en un muelle de Puerto Varas luego de una linda, elegante y riquísima comida, una noche de estrellas en un hermoso lugar de la costa francesa, un día de sol en Iloca con mis mejores amigas...

De buenas a primeras esos cuatro momentos llevan la delantera, aunque también he recordado fiestas especiales, recreos de colegio, reuniones familiares y abrazos que me han devuelto a la vida después de momentos complejos.

Pero me cuesta elegir. Maldita canción, porque no he podido parar de pensar en ello...

¿Y ustedes? ¿Tienen algún momento que quisieran guardar en una botella como Croce?

miércoles, agosto 15, 2007

RABIA

Todavía no logro aclarar bien la sensación que tengo. Pero creo que RABIA es la palabra que mejor la describe. Rabia. Incredulidad...

...la misma que debieron sentir anoche cientos, o miles de chilenos que se dieron cuenta que por años estuvieron entregando una parte de su plata, grande o pequeña tal vez, para que un grupo de sinvergüenzas llenaran sus bolsillos y se dieran la gran vida... y de paso siguieran estafando!

Por años entregué una suma de dinero a la Corporación "Oro Viejo", que se encargaba de mantener y de ayudar a cientos de abuelitos abandonados y enfermos. Un tema que desde niña me ha sensibilizado. Por eso, cuando por allá por 2002 o 2003 un amigo al que quiero mucho me dijo que había dado mi nombre a esta agrupación, no me molestó. Y cuando me llamó el amable y preocupado supuesto doctor Reyes, pensé: 'es una real oportunidad para ayudar'.

Y me anoté. Y cada año, con una puntualidad infartante, el doctor Reyes llamaba para pedir mi aporte. En la fecha exacta en que le había dicho que llamara. "¿Cómo está su familia, la salud, el trabajo? ¿Todo bien? Qué bueno, que Dios la siga ayudando", solía ser su amoroso saludo. Y luego venía lo del aporte. "Nuestros abuelitos se lo agradecerán" o "nos encantaría que viniera a visitarnos", me decía.

Pero era MENTIRA!

Ya lo había odio durante el día, pero al ver el programa de reportajes CONTACTO anoche, me llené de rabia. No podía creer que la famosa fundación NUNCA EXISTIÓ, y que mi plata jamás, JAMÁS, llegó a un anciano. NUNCA. Sólo a los bolsillos de un grupo de desalmados, de una agrupación de sinvergüenzas de primera...AHHHHHHH!!!!!

¿Cómo pueden jugar así con la confianza de la gente? ¿Cómo pueden engañar de esa forma? ¿Cómo nunca me preocupé de investigar algo de la organización? ¿Cómo nunca me fijé en las facturas o en preguntar un poco de lo que hacían con mi aporte? Además de estafada, me siento TONTA, ingenua, y hasta un poco culpable, porque por mi omisión, ellos pudieron seguir estafando. Si hasta debo haberles recomendado gente!!!

La última vez que les entregué un cheque fue hace poco más de un mes. "Es una cuota especial. El invierno ha sido frio, muchos abuelitos se han enfermado, y necesitamos medicamentos, y ropa de abrigo", me dijo el supuesto doctor. Y como el invierno ha sido especialmente frío para mí también, me puse la mano en el bolsillo y caí. No estoy en mi mejor momento económico, tal vez no estaba en concidiciones de darle plata a nadie, pero lo hice. AGRRRRRRR!!!!

En fin. NADA QUE HACER. Sólo ser en extremo cuidadosa para una próxima vez, si es que la hay. Porque de seguro a mí, como a muchos otros, me va a costar volver a confiar. Y ojalá que la justicia los castigue como se merecen.

Creo que además de encerrarlos en la cárcel, porque realmente son un peligro para la sociedad, sería bueno que a los responsables les embargaran TOOOOODOS sus bienes, y que la plata la repartieran a las instituciones de abuelos y niños agredidos que más lo necesiten. Ese sería un castigo ejemplar, y eso querría yo que se hiciera con mi plata.

domingo, agosto 12, 2007

Uno propone...

"Uno propone... y Dios dispone".


La a veces desagradable frase que recurrentemente le escuchaba a mi mamá cuando peque, se me hizo patente el viernes pasado.

El día partió casi como siempre, es decir, yo cayéndome de la cama para poder levantarme, saludar brevemente a la ducha y poder llegar a tiempo al taller de periodismo, que empieza a las 8:30 de la madrugada.

Había pensado que después de clases me iría al centro, y antes de dirigirme como cada día a la Corte, a trabajar, pasaría a cobrar una boleta a la Isapre e iría por fin a conocer el nuevo Starbucks de calle Agustinas, aprovechando el vale por un café gratis que me regalaron. Ý luego tendría una mañana tranquila, planificando algún tema para el turno del fin de semana.

Pero ¡pamplinas!

Llegué a la clase o'clock y me disponía a tomar un té cuando me llamó la X.M, una compañera de trabajo, para decirme que le acababan de avisar que a las 9:30 teníamos que estar en Punta Peuco (cárcel) para entrevistar al condenado general (r) Raúl Iturriaga Neumann". ¡PLOP!

Miré al profe, le dije, "me voy", y salí corriendo. Apenas tenía el tiempo de ir a mi computador, rescatar un par de preguntas que había escrito por si me dejaban entrevistarlo, y agarrar el móvil para la cárcel. Y empezó el dolor de guata y los nervios. "Me voy a quedar en blanco", pensaba, y el miedo no era por el ridículo que haría ante el personaje, sino por que sabía que tendría que llenar un gran espacio de papel con sus dichos.

En fin. Como a las 10:00 entramos con la X.M. al frío penal en el yo nunca antes había estado. Y llegó el famoso entrevistado. Fueron dos horas de interesante conversa (independientemente de lo que piense sobre el personaje). Y luego media hora de viaje hacia el diario. Veinte minutos para comer algo (no hubo desayuno), 20 minutos de reunión con un editor.

De pronto eran las 13:00 horas, y yo figuraba sentada en mi escritorio escribiendo una nota para Internet (mi compañera ídem), y luego iniciando la transcripción. Como a las 17:00 fui a comprar algo de comer y seguí con la rutina. Luego otra reunión, luego escribir algunos de los textos, después la corrección...

Cuento cortó: llegué a mi casa pasadas las diez de la noche, sin haber hecho NADA, pero NADA de lo que había planeado.

¿Lo malo?
-- Moría por un café y un dulce del Starbucks, y sabía que no podía ir el fin de semana.
-- No pude hacer ningún trámite personal ni disfrutar del rico y tibio sol que hubo en el día después de la nieve.
-- No planifiqué la entrevista como hubiera querido.

¿Lo bueno?
-- Ya sé que puedo reaccionar más o menos bien ante situaciones extremas y totalmente inesperadas.
-- Afortunadamente, fue un trabajo en equipo con la X.M. Sola me habría vuelto mono, y el resultado no habría sido el mismo.
-- Si la entrevista hubiera estado planificada, la noche anterior no habría dormido de nervios (insisto, no tanto por el personaje, sino por la responsabilidad que significaba).

En fin... uno propone... y a propósito, si alguien tiene tiempo y quiere leer algo entrete, encontré este artículo en El País sobre Da Vinci y su tierra. Para variar, me dieron ganas de conocerla...

jueves, agosto 09, 2007

Nieve!

Eran las 23:15 horas de ayer, yo figuraba arropada en mi cama, y de pronto mi hermano menor irrumpió en mi pieza alterado. ¡Está nevando!, gritó. Estaba feliz. Y no pasaron ni 5 minutos cuando figuraba en el patio del condominio sintiendo la nieve en su cabeza.
La escena me enterneció y tomé la cámara para fotografiarlo. Dejé el calor de mi pieza y abrí la ventana para sacarle fotos. Pero la emoción ambiente me la ganó, más que el frío. Me puse mi parka sobre el pijama y salí al balcón.

Y lo que ví, me hizo sentir, un poquito, como imagino deben sentirse en navidad quienes habitan el lado norte del planeta. Porque eran las 23:30, y los niños jugaban en pijamas, tirándose la nieve que ya se había acumulado en los autos.

Y hoy el panorama era simplemente increíble. Manejar hacia el diario fue un placer mayor que el habitual. Mi concentración ya no se centró en la música, sino en lo maravilloso de ver el Parque Bustamante, el de siempre, con nieve, el cerro San Cristóbal blanquito, la orilla del Mapocho, nevada y el diario, blanco, blanco, blanco, como si fuera un paisaje de invierno en Europa.

Estoy segura que todo el que tiene una cámara cerca no se resistió a la foto. (Si quieren pruebas, pinchen Emol). Y no es que nunca hayamos estado en la nieve. Basta subir un poco a la Cordillera para disfrutar de los maravillosos centros de esquí que tenemos acá. Es que yo no recuerdo (y tengo 30 años) haber visto antes nieve en el centro de Santiago. O en Curicó. Hasta mis papás estaban sorprendidos, y mi amigo Kike no se aguantó y salió de su casa a sacar fotos por la ciudad (la de la derecha, me la mandó él!!!).

Aunque sé que muchos lo están pasando realmente mal con este frío (sobre todo los que no tienen dónde vivir y los agricultores), creo que la nieve de ayer, y que aún sobrevive, ha sido de alguna forma una fuente de calor. Porque hoy todos andan un poco más alegres, contando historias, maravillándose con los paisajes y tratando de retenerlos como sea (fotos, videos, etc). Si hubiera sido niña, hubiera rogado a mi mamá haber cambiado el colegio por un parque para jugar con nieve. Pero snif! Tengo que trabajar.

Pero estoy segura que no será un día como todos. Al menos, lo recordaré como el día en que hubo nieve y que por algunas horas, la ciudad que siempre es gris, se vistió de un maravilloso blanco!
Créditos fotos: Las dos primeras fotos son mías (la nieve no se ve mucho, porque mi cámara no es taaan buena). La tercera es de mi amigo Kike, y la Cuarta fue publicada en EMOL esta mañana. Así lucía el diario cuando llegué)

lunes, agosto 06, 2007

Heterodiegética

Heterodiegesis: el narrador no participa. Pudo presenciar a distancia los hechos, o haberlos conocido por interpuesta persona.

La palabrita aquella me vino como anillo al dedo esta mañana. Porque desperté rara. En realidad, desperté con la sensación de rareza de los últimos días, elevada al cubo. Pero no tenía una palabra que explicara lo que me pasaba.

Entonces apareció de la boca del profe de "periodismo periodístico" (entiéndase: el taller de periodismo avanzado al que estoy asistiendo, y que pese a que me hace madrugar, ha sido muy entrete).

¿Cual es el nexo con mi rareza? Fácil. Siento que soy una narradora de mi vida, pero no participo. Presencio a distancia lo que me pasa, pero no protagonizo. No decido, no sé lo que siento ni lo que quiero, o sea, qué hay en mi interior (¿hay algo?)

Sólo soy capaz de describir lo fáctico: de la casa a la pega, del diario a la corte. Hablé con X,L y M. Escribí lo que me dijeron X, L y M. Cumplí con lo que debía. Entonces me vuelvo a mi casa a cargar la batería para, al día siguiente, repetir la historia.

¿Pero qué más? Nada. Es decir, heterodiegética! Pero creo que quiero empezar a ser homodiegética...

Homodiegesis: el narrador participa en los hechos narrados. Ejemplo: un soldado sobreviviente cuenta los incidentes del combate.