Discriminada por sola...
Tal vez sea una exageración de mi parte, pero como este espacio es mío, hago uso de mi derecho a pataleo...
¡Me siento discriminada!
No puede ser que por el hecho de viajar "sola", tenga que pagar por un programa turístico bastante más que lo que pagan quienes van en pareja o en grupo.
En medio de mi búsqueda por algún destino en el que ocupar parte de mis anheladas vacaciones, (que se acercan a pasos raudos) he descubierto con gran molestia que todos los viajes suben más allá de los precios ofrecidos, y sólo por no tener con quién ir.
"¿Cuántos viajan?" es la pregunta que no fallado en cada una de las agencias a las que he llamado, como si fuera "completamente raro" que una persona quiera viajar sola.
Y en mi caso no es que no tenga con quien viajar, pero es que cuesta coordinar gustos, tiempos y planes...
Si realmente fuera tema para mí el no tener compañía para viajar, en este minuto tendrá depresión, porqueel mercado "castiga" al que osa a embarcarse en una aventura de a uno...
...qué discriminatoriamente injusto!
Emociones contrapuestas...
Hoy no he podido abstraerme de dos grandes emociones, de esas que son tan fuertes que provocan estremecimiento, escalofríos, un nudo en la garganta y hasta lágrimas en los ojos...
La primera comenzó temprano, cuando por la TV y emol me enteraba que una de las tantas historias pesadillezcas de las que viven los rehenes de las FARC llegaría a su final.
Cada vez que escuchaba la TV, con noticias sobre Clara Rojas y Consuelo González, quienes estuvieron secuestradas por más de 6 años, "se me ponía la piel de gallina" de nervios...
Y así había sido mi día hasta que llegué a la oficina esta tarde. Como siempre, me puse a buscar cosas que leer en internet, y di con la última columna de Cristián Warnken, el escritor y comunicador que hace unas semanas sufrió la muerte de su pequeño hijo Clemente...
Y claramente, no lograré describir la emoción que me provocó su columna "El Viaje", pero sí puedo decir que además de un sentimiento de solidaridad, fue una suerte de admiración, porque tantas veces he intentado describir al menos ligeramente lo que es sentir dolor, y él lo logra de una manera increíble, como sólo puede hacerlo alguien que está sintiendo ese desgarro tan grande como debe ser el perder un hijo.
Y concuerdo con él en que la palabra "dolor" queda chica para lo que realmente significa.
Estaba concentrada en ese dolor, en su magistral descripción, cuando una amiga me llamó para contarme que las dos rehenes de las FARC estaban libres y en directo por la TV...
Y del dolor de Cristián me pasé a la alegría, a la emoción transformada en escalofríos, y en ojos brillosos de lágrimas por esa libertad, por esos abrazos de reencuentro, que serán un tremendo desafío para ambas mujeres, y sobre todo para Clara Rojas, quien deberá enfrentarse además a emociones tan grandes como volver a ver al pequeño Emmanuel, ese niño que tuvo en cautiverio y que le arrebataron cuando apenas nació...
...uff...sin duda aún restan millones de emociones por vivir...